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jueves, 9 de junio de 2011

Hiperplasia Prostática Benigna

La Hiperplasia Prostática Benigna (HPB), también denominada adenoma de próstata es un tumor benigno de la glándula prostática que habitualmente comienza a desarrollarse a partir de la cuarta década de la vida, aumentando su incidencia con el aumento de la edad del hombre. Más del 20% de los sujetos mayores de 50 años necesitan tratamiento por presentar trastornos de la micción.

El adenoma de la próstata es un agrandamiento de la glándula que se origina en la denominada zona de transición de la próstata, zona que rodea la uretra a nivel de la próstata, por debajo del cuello vesical, situación que origina diversos trastornos miccionales. La edad y la presencia de hormonas masculinas son factores esenciales para la aparición de esta patología.

El adenoma de la próstata está compuesto por fibras musculares que se contraen por estímulos nerviosos, situación que genera un aumento de los trastornos miccionales.

En las primeras etapas de la patología, la obstrucción está compensada por el aumento de la presión de la vejiga, debido al desarrollo de la musculatura de su pared. En una segunda etapa, la vejiga es vencida por la obstrucción, se dilata y comienza a quedar orina residual en la vejiga luego de orinar (residuo postmiccional) pudiendo llegar en casos extremos a 1.000, 1.500 cm3. Esta dilatación de la vejiga con acumulación de orina en su interior trae aparejado procesos infecciosos, formación de cálculos, formación de divertículos vesicales, dilatación del árbol urinario superior (uréteres y riñones), llegándose en casos extremos a una insuficiencia renal crónica secundaria a la obstrucción que requiere tratamiento de diálisis.

Síntomas

·         Retardo en la iniciación de la micción
·         Chorro de orina fino
·         Falta de fuerza
·         Goteo de orina luego de la micción,
·         Aumento del número de micciones diurnas
·         Urgencia miccional,
·         Muchas veces se produce una retención aguda de orina



Diagnóstico


El diagnóstico de este proceso patológico se basa en:
  1. El Examen Dígito Rectal (EDR) o tacto rectal que nos informa sobre el tamaño, forma, consistencia, sensibilidad y fijeza de la glándula.
  2. La ecografía vésico-prostática realizada por vía abdominal nos informa sobre el tamaño y la forma que adquirió la glándula en su crecimiento patológico, pero además si existe residuo de orina luego de orinar (residuo postmiccional). También nos indicará la existencia de cálculos vesicales, divertículos vesicales y si además realizamos una ecografía renal conoceremos el estado de los riñones. De ser necesario un análisis mas exhaustivo de la estructura de la glándula prostática se efectuará una ecografía prostática por vía transrectal.
  3. La determinación del Antígeno Prostático Específico (APE), más conocido por su sigla en inglés (PSA). Si el PSA está aumentado tendremos que descartar la existencia de un cáncer de próstata asociado.
  4. La flujometría, es un estudio en el cual se mide el flujo de orina. El paciente debe orinar y a través de un programa se realizará una curva de flujo en función del volumen de orina emitido y el tiempo miccional. La flujometría es un indicador indirecto del grado de obstrucción generado por el adenoma.

Tratamiento

El tratamiento de esta patología puede ser medicamentoso o quirúrgico.
En el tratamiento medicamentoso se utilizan una serie de sustancias de origen vegetal que actuarían como descongestivos de la glándula prostática (pygeum africanum, serenoa repens, etc.). Muchos pacientes mejoran su sintomatología fundamentalmente las de origen irritativo. Otro tipo de medicamentos, los de última generación, son los alfabloqueantes que actuarían disminuyendo la contracción, el tono muscular y la presión de la uretra a nivel de la próstata, mejorando el chorro miccional y a veces disminuyendo la cantidad de micciones y el residuo de orina vesical posterior a la micción. Existe otra alternativa de tratamiento, el tratamiento hormonal (Finasteride) que bloquea la producción de una hormona a nivel de la próstata que es responsable del crecimiento del adenoma y en algunos casos mejora el síndrome obstructivo. Es bien tolerado por los pacientes, aunque en un 5% produce impotencia sexual.

Debe aclararse que todos los tratamientos medicamentosos son paliativos. El tratamiento definitivo sigue siendo el quirúrgico.





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