La neumonía es una enfermedad inflamatoria de los pulmones causada por una infección.
La neumonía (o pulmonía) es una enfermedad severa y muy frecuente, que afecta a 1 de cada 100 personas todos los años. Pueden estar causadas por múltiples microorganismos distintos, y su severidad varía entre leve y crítica.
Las neumonías suelen clasificarse en 2 grandes grupos:
- 1) Adquiridas en la comunidad (o extra-hospitalarias). Las más típicas son la neumonía neumocócica y la neumonía por Mycoplasma.
- 2) Neumonías hospitalarias. Tienden a ser mucho más serias, ya que los mecanismos de defensa del huésped suelen estar afectados y los microorganismos causantes suelen ser mucho más resistentes.
Dentro de las neumonías, existen multiples síndromes distintos, variando según el modo de producirse la infección y el MICROORGANISMO causante. Algunos de estos síndromes son:
- - Neumonía por aspiración. La que se produce como resultado de la aspiración del contenido gástrico en los pulmones. Puede darse en situaciones de pérdida de conciencia, comas, etc.
- - Neumonías bacterianas no neumocócicas. La mayor parte de las neumonías extra-hospitalarias las causa el neumococo, pero también pueden ocurrir por muchas otras bacterias, algunas de ellas con muchas complicaciones potenciales:
- Mycoplasma pneumoniæ
- Coxiella burnetti (Fiebre Q)
- Chlamidia psittachi (Psitacosis)
- Klebsiella pneumoniæ
- Legionella pneumoniæ…
- Neumonías víricas (neumonitis). Muchos virus pueden producir neumonía (suele hablarse de "neumonitis" en estos casos): Gripe, varicela-zóster, o citomegalo-virus (CMV), por ejemplo.
- Neumonías por protozoos. La más grave es la producida por Pneumocystis carinii, que afecta sobre todo a los pacientes con SIDA y a otros inmunodeprimidos.
- Neumonías eosinófilas. No son propiamente neumonías por cuanto no se demuestra infección ni infestación. Incluyen, entre otras, la eosinofilia pulmonar aguda o síndrome de Löeffler, y la neumonía eosinofílica crónica.
Clínica
Los síntomas y signos más típicos de neumonía son:
- Fiebre, escalofríos y sudoración.
- Tos productiva, con expectoración mucosa, amarillenta, de color asalmonado, purulenta… (según el microorganismo causante).
- Dolor torácico que aumenta al respirar y toser.
- Dolor de cabeza.
- Dolores musculares y articulares.
- Falta de apetito, debilidad y malestar general.
- Disnea (dificultad para respirar), en algunos casos.
- Estertores crepitantes a la auscultación pulmonar, en el área afectada.
Diagnóstico
Examen físico. Estertores crepitantes a la auscultación pulmonar, en el área afectada.
Radiografía de tórax. Signos radiográficos característicos.
Cultivos. El aislamiento en la sangre, esputo u otros tejidos da el diagnóstico definitivo del MICROORGANISMO causante.
Otros. Pueden ser necesarias una gasometría (medida de la concentración de O2 y CO2 en sangre), o un Scanner (TAC) torácico para definir mejor determinadas imágenes radiográficas. Si una neumonía persiste a pesar del tratamiento, puede ser necesaria una fibrobroncoscopia (estudio directo del árbol bronquial con un tubo flexible de fibra óptica).
Tratamiento
– Consiste en la administración de antibióticos, cuya elección, dosis y vía de administración dependerá del MICROORGANISMO causante.
– Los antibióticos NO son eficaces en las neumonítis víricas; en algunas de ellas pueden utilizarse antivirales específicos.
– Las medidas de sostén incluyen oxígeno, líquidos y fisioterapia para expulsar secreciones.